sábado, 4 de octubre de 2008

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio


Salud y Pequeñas comunidades

Los vecinos fueron llegando solos o en pequeños grupos, y se acomodaron en las sillas de la sala de espera, formando un círculo.
Sus caras no presagiaban nada bueno. Algunos habían tenido la buena idea de colocar papeles de diario en el piso, ya que estaba lloviendo desde la mañana, y el techo de chapas tenía algunas goteras.
Por el lado de la salita estaban presentes la trabajadora social y el médico.
Tomó la palabra el presidente de la cooperativa: -Buenas tardes a todos. Hoy convocamos una reunión para tratar el vencimiento del plazo de la primera etapa del barrio. Como recordarán, cuando vinimos a vivir aquí, lo hicimos sabiendo que en cuatro años debíamos tener una cantidad de metros construidos y cubiertos, haber levantado e instalado regularmente el pilar de la luz, haber colocado el tanque de agua y haber hecho el pozo ciego. Las familias que no cumplieran esos requisitos deberían dejar el barrio. De las casi cien viviendas que están en esa situación, veintidós no han podido cumplir y el vencimiento del plazo es en dos meses. La reunión de hoy, con esas veintidós familias, más la comisión directiva de la cooperativa y la presencia de los profesionales de la salita, es para ver que vamos a hacer.
-Nosotros somos tres familias que no habíamos podido comprar el tanque de agua. Decidimos hacer un círculo de ahorro y de esa manera ya compramos el primero. En dos meses vamos a estar cumpliendo sin problemas.
-Quedan entonces diecinueve, aclaró el presidente. ¿Alguien más pudo mejorar la situación?
-Nuestra familia no había podido levantar el pilar, ya que yo soy sola y no me daba maña. Le cambié a un vecino la mano de obra por coserle un vestido para la hija y otro para la mujer y también vamos a cumplir sin problemas.
-Quedan dieciocho. ¿Alguien más?
El silencio era más que elocuente. Entonces habló la trabajadora social: -Todas estas medidas que entre ustedes han tomado son muy buenas y ponen de manifiesto el valor de la solidaridad. Pero parece que todo lo que entre nosotros podemos hacer ya se agotó, ahora tenemos que pedir ayuda afuera.
-A mi me dijeron que si vamos a la gobernación en La Plata seguro que nos van a escuchar, dijo una vecina.
-Yo fui hace tres meses a pedir un subsidio, agregó otra. Tuve que llevar varios papeles e ir tres veces, pero me lo dieron.
-Este caso es distinto, aclaró la trabajadora social. No se trata de algo individual sino de todo el barrio, o por lo menos de una parte de él. Por otro lado, por el tiempo que tenemos, creo que lo mejor es ir a pedir directamente chapas para cubrir lo que falta.
-Si llegamos a conseguir eso estamos salvados, exclamó el presidente.
-Si, completó la trabajadora social, en eso vamos a estar salvados. Lástima que seguiremos a la intemperie en tantas otras cosas.


Casas de cartón
Letra y música: Alí Primera.
Canta: Oscar D´León

Que triste se oye la lluvia
en los techos de cartón.
Que triste vive mi gente
en las casas de cartón

Viene bajando el obrero
casi arrastrando los pasos
por el peso del sufrir
Mira que es mucho el sufrir
Mira que pesa el sufrir

Arriba deja la mujer preñada
abajo esta la ciudad
y se pierde en su maraña
hoy es lo mismo que ayer
en su vida sin mañana
Que triste vive mi gente
en las casas de cartón.
Niños color de mi tierra
con sus mismas cicatrices
millonarios de lombrices

Que tristes viven los niños
en las casas de cartón
Que alegres viven los perros
casa del explotador

Usted no lo va a creer
pero hay escuelas de perros
y les dan educacion
pa que no muerdan los diarios
Pero el patrón!
Hace años, muchos años
que esta mordiendo al obrero

Que triste se oye la lluvia
En los techos de cantón
Que lejos pasa la esperanza
En las casas de cartón

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