sábado, 23 de agosto de 2008

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio

Salud y Amigos

Mario Martínez

-¡Claro! Vos lo decís como si al que le pasara fuese a vos. ¡Pero el que pone el cuerpo soy yo!
-Yo lo único que intento es ayudarte, pero si lo que te digo te complica más, me callo y listo.
-Ah, claro. ¡Largame duro ahora!
-Bueno, che, ¿Habrá algo que yo diga que te caiga bien?
Y así siguieron un buen rato.
Federico era insoportable cuando se deprimía. Antonio lo sabía, pero aceptaba jugar el papel de “acompañante terapéutico”.
Y no era de ahora. Siempre fue así. Desde que lo conoció en primer año del Comercial.
En cada examen ponía a prueba sus nervios. Si le soplaba le molestaba, pero si no le dejaba mirar su hoja permanentemente, era aún peor.
Cuando Federico le contó que Gabriela le gustaba, fue una semana de discusiones. Todo lo que Antonio decía a favor, el otro lo refutaba, y viceversa.
Al final, no la invitó a salir. Antonio se cruzó con ella en un baile de quince, y luego de tres temas y dos cigarrillos, estaban saliendo. Federico nunca se lo perdonó.
Antonio buscó entrar al Comercial porque luego quería estudiar Ciencias Económicas. Cuando se enteró que esa era la vocación de Federico, realizó un doble salto mortal a Sociología.
De todas maneras, continuaron siendo amigos.
Aunque las materias eran distintas, compartieron algunos autores, y terminaron concurriendo a los mismos grupos de lectura de las obras de Carlos Marx.
Hubo ocasiones en que Antonio prefería negar que lo conociera. Pero su culpa era tan grande como el malhumor de Federico, y terminaba defendiendo las caprichosas posturas de su amigo. Ese era el momento de abandonar ese grupo, y buscar otro.
Fue en ese tiempo de estudio trashumante en que Antonio conoció a Alicia.
A ella, desde un principio, Federico le cayó mal. Antonio se las rebuscó para armar una pareja con amigo adentro.
Tan perseverante fue, que Antonio terminó casándose con Alicia. Siendo felices, inclusive.
En cambio, el que daba ahora el gran paso era Federico.
Fue un largo año de discusiones con Antonio. El mismo tiempo que había empleado en consolidar su oficina de Contador. Igual plazo que había necesitado para dar la última materia.
Antonio levantó la valija más chica y el bolso, como invitando al otro.
Federico se sintió perdido. Lo único que lo mantenía en pie, era la confianza que emanaba su amigo.
Finalmente, él también levantó su valija, y atravesó la puerta. A partir de hoy, Federico ya no viviría con su mamá.
Maricón (J. Quintero)
Aca Seca Trío (2006)

Me han dicho por ahí
que te han visto triste y mal de golpe y porrazo
quejándote a cada paso
arisco y malhumorado.

Y cuentan que andás
moreteao, con hambre, miedo, fiebre y calambre
ahogao en tu mala sangre
sin un minuto de paz.

Y en vez de fijarte cómo te vas a curar
te has encerrao a sobarte el lomo, cumpay
relajá la guardia, buscá con calma y olvide el:
¡ay, basta, que todo me ataca!
te digo en serio cumpay
alzá la frente y dejá
que el sol te pegue en la cara.

Ay, ella, mirá
cómo llora y chilla, peor que un nene de pecho
el nunca está satisfecho
con todo lo que le dan.

Quiere eso, o no
o ya tiene, o sobra, o falta cinco pal peso
le dan y el mira el precio
después no lo quiere usar.

El pan ganao de tu frente ya ha de llegar
no te agarres con la pobre gente, cumpay
agradezca el techo, el latir del pecho y olvide el:
¡ay, dame, que todo me falta!
es que yo no entiendo cumpay
de qué es lo que te quejás
si hay una dueña pa tu alma.

sábado, 16 de agosto de 2008

El próximo viernes, en IM-PACIENTES: Los amigos y la salud

El viernes próximo, en IM-PACIENTES vamos a compartir, como de costumbre, ideas, experiencias y opiniones sobre nuestra salud y esa comunidad pequeña o familia grande, que hacen los amigos a nuestro alrededor.
El 90% de los cuidados de la salud se dan fuera del sistema sanitario y los amigos tienen mucho que ver con ellos.
Entre amigos, entonces, como cada viernes, vamos a seguir hablando de salud sin recetas simplistas, con muchas ganas, algo de humor, buena música e invitados.
Hasta entonces y hasta cada momento.

LOS IM-PACIENTES

Sala de espera. Lo que no llega al consultorio


Derecho a la Salud

Mario Martínez

El tren iba cargado, repleto como siempre. Y el viaje desde San Miguel era tan largo…
El Moncho se había quedado en el andén sin poder subir. Seguro que llegaría tarde y le descontarían el presentismo. Tenía cinco pibes, y el mayor le había pedido una bicicleta para el cumpleaños. A este paso, no le alcanzaría ni para los pedales.
Él en cambio tenía tres nenas. Pero su mujer algo le había comentado de un atraso que lo intranquilizó.
Apenas podía mantener los ojos abiertos. Es que casi no había dormido. La más chica los despertó llorando, con dolor de panza. Tenía diarrea, y después del te que le preparó su mujer, también vomitó.
De las tres era la más flaquita, debilucha decía la abuela. Había nacido prematuramente. Su mujer estuvo limpiando oficinas casi hasta el séptimo mes. El médico les dijo que eso pudo haber adelantado el parto.
Cuando nació pesó poco más de dos kilos. Y a partir de ese momento su relación con la balanza fue el tema de conversación dominante en la casa, y casi una obsesión para la madre.
Decidieron llevarla a la Salita que estaba en la ruta. Por suerte hacía unos días que no llovía, y esa noche no hacía tanto frío. Caminando a buen paso, en media hora llegaron.
Los atendió el enfermero, ya que la médica había tenido que salir a ayudar en un parto.
Les explicó que seguro era el agua. Ellos le contaron que la que usaban para tomar la iban a buscar a la canilla que estaba en la esquina de la casa. El enfermero les preguntó si la hervían, respondieron que no.
Les entregó unos sobrecitos, les dijo que eran sales, les explicó como usarlas.
El bochinche de Chacarita lo zamarreó y consiguió despertarlo. Cuando logró bajar del vagón El Moncho lo agarró de un brazo. Zafó trepándose al furgón, ayudando a uno que llevaba una bicicleta.
Tuvieron que empujar en el subte también, pero al menos quedaron del lado de adentro.
Cuando llegaron a la obra, por suerte en horario, el capataz les indicó cortar el agua.
Estaban trabajando en un edificio, y esa semana la dedicaban al hall de acceso.
Había que desplazar un caño que corría por el cantero lateral. Cuando se trabajaba con otros oficios, como en este caso los plomeros, el trabajo se complicaba, y había que estar muy atento.
El portero mientras tanto se disponía a limpiar la vereda.
- Buenas, don López, vamo a tener que cortar el agua ¿sabe?
- A si, y yo me quedo sin baldear la vereda. ¿Pero qué se creen ustedes? ¿Qué son los dueños del agua ahora?


La ley es tela de araña.
Bartolomé Hidalgo – Alfredo Zitarrosa (1971)

Siempre había oído mentar
que ante la ley era yo,
igual a todo mortal.
Pero hay su dificultad
en cuanto a su ejecución.

Roba un gaucho unas espuelas,
o quitó algún mancarrón;
lo prenden, me lo enchalecan,
y de malo y salteador,
lo tratan y hasta el presidio
lo mandan con calzador.

Vamos pues a un señorón:
Tiene una casualidad;
ya se ve, se remedió,
un descuido
que a cualquiera le sucede,
sí señor.

Al principio mucha bulla,
embargos, causa, prisión;

van y vienen, van y vienen,
secretos, admiración.
¿Qué declara? Que es mentira,
que él es un hombre de honor.
¿Y la mosca? No se sabe,
el Estado la perdió;
el preso sale a la calle
y se acabó la función.

Y esto se llama igualdad,
¡la perra que los tiró!
Porque siempre oí mentar
que ante la ley era yo,
igual a todo mortal.
Pero hay su dificultad
en cuanto a su ejecución.

viernes, 8 de agosto de 2008

En nuestro próximo programa...


... EL DERECHO A LA SALUD

El viernes 15 de agosto, en IM-PACIENTES, vamos a charlar sobre la salud como derecho.
Si bien nuestra salud es un derecho declarado en nuestra Constitución Nacional, todavía nos queda un largo camino. Asegurarnos el acceso a los bienes básicos que construyen nuestra salud, un acceso equitativo a los servicios básicos y a recibir cuidados desde el mismo momento en que nacemos requiere una actitud activa como ciudadanos.
En IM-PACIENTES queremos discutir, aprender, intercambiar opiniones y experiencias para impulsar el derecho a una vida saludable para todos y cada uno de nosotros.
Esperamos el comentario de los IMPACIENTES aquí en el blog y nos encontramos de nuevo en el "aire" el viernes próximo a las 20 en punto de la noche.
Los IM-PACIENTES

SALA DE ESPERA VIII

SALA DE ESPERA Nº 8. Lo que no llega al consultorio.

Humor y Salud
Mario Martínez

Recordaba que de niño con su madre aprendió a odiar las vitaminas.
Cada comienzo de invierno significaba tener que ingerir esos jarabes de sabor horrible.
Llegada la adolescencia y los estudios en la Facultad, comprendió que luego de dos noches sin dormir y con un examen por delante, estos recursos farmacéuticos podían mejorar los resultados. Además, la tecnología había transformado los horribles jarabes en simpáticos comprimidos, lo que las volvían aún más tolerables.
A medida que sumaba años, fue ampliando las oportunidades en que las utilizaba: en julio para poder hacer frente a la segunda mitad del año, antes de una entrevista, en una convalecencia. Fue así como pasaron a ocupar un sitial de privilegio en su mesa de luz.
Ahora estaba en una edad en la que ya no pasaban desapercibidos los excesos. Cuando salía a comer afuera, tenía que conciliar, además de la gula y el precio también con cierta censura sobre aquellos ingredientes que ya le habían dado más de un disgusto. Sin distraer un cierto número mínimo de horas de descanso, encontraba espacios habituales para ejercicios moderados que tonificaban sus músculos y despejaban su mente.
Había comenzado también a buscar por Internet cuestiones relacionadas con la disfunción sexual. No por él, estaba perfecto. Pero alguno de sus amigos le había confesado que las cosas ya no eran como antes, y prefirió adoptar una conducta preventiva.
Era la tercera página web que consultaba. Todas coincidían en destacar los efectos energizantes de los compuestos vitamínicos. En la farmacia-shopping encontró tres góndolas dedicadas a este tipo de medicamentos. Se le hacía muy difícil elegir, por lo que se dejó llevar por su intuición.
Justamente fue uno de sus amigos el que le hizo la observación: si había decidido tomar vitaminas todos los días ¿No sería correcto consultarlo con su médico?
Lo primero que le aclaró es que él no tenía un médico personal y que sería muy largo de explicar para alguien que no lo conociera. Además ¿Había algo más bueno que las vitaminas?
Ese fin de semana pintaba excepcional. Los “chicos”, como todavía los llamaba a pesar de haber superado los veinte años estarían fuera de casa. Su esposa y él estarían solos después de muchos años…
Decidió que tendría un comportamiento ejemplar. Desde el lunes comenzó a calcular la dosis que le permitiría tener un desempeño brillante.
No hubo nadie que pudiera alertarlo acerca de que esas sales de magnesio que venían asociadas a las vitaminas, a cierta dosis se comportan como laxante…
Pasó todo el fin de semana en el baño. Recordando a su mamá, los jarabes, tantas cosas.

Cantata Laxatón
Gerardo Masana (1965) – Les Luthiers
(Fragmentos)

Coral
Normaliza y estimula el tono intestinal

Recitativo
La presentación líquida, por su agradable sabor, es ideal para los niños.

Aria Bajo
No debe ser utilizado cuando hay náuseas, vómitos, o cuando hay dolor abdominal.

Coro
Oh Laxatón, laxa, purga, cura, sana y rehabilita el intestino.

domingo, 3 de agosto de 2008

Próximo programa, viernes 8 de agosto: Salud y Humor


La salud y la risa van juntas por el mundo. Porque la risa es saludable, pero también porque el ámbito de la salud es uno de los que mas inspira a los humoristas.
Hay también quienes, desde el sector de la salud, como Hunter Adams, mas conocido como "Patch" (foto)proponen a la risa como un elemento terapéutico en sí mismo.

En im-pacientes vamos a conversar sobre Salud y Humor y también vamos a disfrutar, como de costumbre entre risas, con la presencia de invitados sorpresa y nuestras habituales secciones.
Si sos tan impaciente que no podes esperar hasta el viernes, dejá tu comentario aquí en el blog o escribiendo a nuestro correo electrónico impacientes@yahoo.com.ar.

Los Im-pacientes

Sorteo en IM-PACIENTES

El el programa pasado,viernes 1 de agosto, realizamos el sorteo de dos entradas para el espectáculo teatral "Alma gemela de mi alma" en el Espacio Colette del Paseo La Plaza (sábados 21 hs). Resultó ganadora la oyente Norma, de El Palomar, Pcia. de Bs. As.
Felicitaciones Norma!!
El próximo viernes se sortearán otras dos entradas para el mismo espectáculo. Para participar del sorteo deben enviar su nombre y las tres últimas cifras del DNI por teléfono durante el programa o por mail a impacientes@yahoo.com.ar.
Los participantes que no ganaron en el primer sorteo también participarán del segundo.

Los IM-PACIENTES

sábado, 2 de agosto de 2008

Sala de espera N° 7: COMPRAR SALUD

SALA DE ESPERA Nº 7: Lo que no llega al consultorio.

Comprar Salud

Mario Martínez

Dora Ana Benavente. Dory para los amigos. Dory Ann, para unos pocos.
Morocha, un metro sesenta y ocho, curvas generosas y firmes.
Voz siempre en un tono medio, intimista. El maquillaje justo, el vestuario destacado pero no llamativo.
Esa era su carta de presentación, y el secreto de su éxito.
O había sido así hasta los treinta y cinco. Allí comenzaron las primeras señales de preocupación, que se acentuaban si se comparaba con ese retrato suyo a los dieciocho años, que no dejaba de mirarla junto al espejo.
Alrededor de sus ojos estaban esas líneas que los opacaban. Y sus labios requerían cada vez más lápiz labial para destacarse.
Cuando averiguó el costo de la cirugía se sintió amenazada. Por lo tanto armó una verdadera estrategia defensiva.
Faltaba muy poco para las calificaciones laborales, y ella no era la única candidata al ascenso. Si lo analizaba objetivamente, su contendiente podría imponerse. No debía perder el tiempo. Quien estuviera ausente el día del examen quedaba automáticamente descalificada. No lo dudó. La invitó a comer a su casa. Se aseguró que la dosis fuera la mínima útil. Un daño reparable, sin exagerar.
La diferencia en sus ingresos dada por el ascenso le permitió en cuatro meses concretar la cirugía tan ansiada.
Un año más tarde, frente al espejo notó que sus pechos ya no se veían erguidos. Es más, habían descendido en forma desigual. Desde sus dieciocho años el retrato la observaba. Ese mismo día llamó a la clínica para concretar una consulta que le permitiera conocer riesgos y costos.
Pero para materializar esa empresa se necesitaba mucho más dinero. ¿Dónde conseguirlo?
Su amiga Mariela le mostraba con orgullo ese anillo que poseía como único recuerdo de su abuela. Le aseguraba que, más allá de ser de oro, el sello que tenía un su interior elevaba mucho su valor monetario.
Volvió a visitarla dos semanas después. Aprovechó cuando Mariela fue al baño. No le costó gran cosa venderlo en un anticuario. Le dieron más dinero que el que necesitaba.
Pero lo peor llegó con los cuarenta. Sus glúteos, también descendidos, se habían cubierto de celulitis. La chica de dieciocho años continuaba observándola.
La consulta sobre riesgos y costos la tuvo al día siguiente. La propuesta al director de la empresa de acompañarlo en el viaje de negocios sonó espontánea, casi sacrificada. Seducirlo y obtener como recompensa el dinero necesario fue hasta relativamente sencillo.
Cuando se recuperó de la cirugía, se paró desnuda frente al espejo de su habitación, para admirarse. La chica de dieciocho años no le apartaba la mirada. Pero ¿Quién era esa chica? ¿De dónde la conocía? Tenía una belleza tan… espontánea…
REGGAE PARA MIRTA
OTRO DIA EN EL PLANETA TIERRA (2005). INTOXICADOS

Yo ya sé que hay gente
que le importa más su imagen
que su forma de ser
no se dan cuenta que parecen momias
pero aparentando ser de veintitrés

Cirujano estírela, un poco más
vamos cirujano yo sé que usted podrá estirarla, un poco más
vamos cirujano estírela, un poco más
vamos cirujano yo sé que usted podrá estirarla, un poco más.