lunes, 17 de noviembre de 2008

Comunicado de ANMAT sobre publicidad engañosa. Vacuna Contra el HPV


5 de Noviembre de 2008

COMUNICADO DE PRENSA DE ANMAT
Atento a la campaña de divulgación masiva realizada por la LIGA ARGENTINA DE LUCHA CONTRA EL CANCER (LALCEC) en relación a la prevención del cáncer de cuello de útero mediante una vacuna, esta Administración informa que debe tenerse en cuenta que ninguna de las vacunas existentes reemplaza a los controles médicos habituales, en razón de que no protegen contra la infección de varios tipos del Virus del Papiloma humano (HPV) ni tampoco es terapéutica, es decir no protege a las mujeres que ya se encuentran infectadas. Inducir, aunque sea en forma indirecta, a la falsa idea de una protección total, podría tener como consecuencia desalentar la utilización de la MEJOR Y MÁS EFECTIVA ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN PARA TODOS LOS TIPOS DE CÁNCER DE CUELLO DE ÚTERO, CUAL ES LA CONSULTA GINECOLÓGICA PERIÓDICA PARA LA REALIZACIÓN DEL TEST DE PAPANICOLAU Y LA COLPOSCOPÍA.
Si bien este Organismo no tiene competencia sobre las campañas publicitarias llevadas a cabo por Organizaciones No Gubernamentales, la Comisión de Publicidad de la ANMAT considera que el estilo y el formato de esta publicidad a través de un mensaje distorsionador de la realidad, conllevaría tras de sí un interés exclusivamente comercial y reñido con las necesidades de la Salud Pública, todo lo cual puede enmarcarse en una clara violación de los comportamientos éticos mínimos que deben regir el accionar de cualquier Institución, pública o privada.
Asimismo, esta Administración se encuentra abocada a constatar fehacientemente si detrás de la campaña de LALCEC existió un financiamiento por parte de un laboratorio medicinal, caso en el cual, tomará las medidas correspondientes dentro del marco de su competencia.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio

-Hola Claudio, ¿Cómo estás? Yo bien, bien. Aunque hoy no voy a poder verte. Resulta que mi ginecólogo me pidió una ecografía, y el único turno libre es hoy por la tarde. ¿Te parece que lo dejemos para el miércoles, dale?
El miércoles por la mañana Patricia volvió a ver a su ginecólogo, llevándole la ecografía.
Este miró el informe, y luego se dedicó a observar las fotografías que lo acompañaban.
-¿Pasa algo doctor?
-No, todo bien. Pero vas a tener que hacerte otra transvaginal. Para confirmar.
-¿Para confirmar qué?
-La imagen que muestra esta en tu ovario derecho. Las ecografías tienen ese problema, muchas veces muestran imágenes que no son reales. Traeme la otra y nos olvidamos de todo.
Paradójicamente, Patricia a partir de ese momento no pudo pensar en otra cosa.
-Claudio, no te enojes, hoy tampoco vamos a poder vernos. Resulta que me encontraron algo en la ecografía, y hoy tengo que hacerme otra. Estoy un poco asustada, ¿Sabés? Te prometo que el viernes nos vemos seguro.
El viernes por la mañana Patricia le entregaba la segunda ecografía a su ginecólogo, mientras le decía:
-La verdad estoy muy preocupada.
-¿Por qué? No tenés de que preocuparte. Ahora vas a ver como se aclaran las cosas.
El médico leyó detenidamente el informe, y luego observó las fotografías que acompañaban al estudio, una vez más.
-Fue una suerte que hiciéramos este estudio. Mirá, la imagen que aparecía en la ecografía anterior aparece en esta también. Pero todavía no se ve claramente si corresponde al útero o al anexo.
-¿Qué? Doctor: ¿No me lo puede decir más claro? No entiendo nada.
-Tenés una imagen cerca de tu ovario derecho, aunque no está claro si en el útero o en el anexo. No es nada pero vamos a tener que hacerte una resonancia.
-Pero, si no es nada ¿Para qué la resonancia? No entiendo.
-Para quedarnos tranquilos.
Patricia estaba cada vez más intranquila. Y mucho más cuando tuvo que llamarlo a Claudio.
-Claudio, mirá, no se como decírtelo. Hoy tampoco vamos a poder vernos. Tengo que hacerme otro estudio. ¿Te parece que nos veamos el fin de semana? ¿Cómo que tenés que viajar? ¿Cuándo? Ah, mañana… ¿Y cuándo volvés? Ah, no sabés… bueno. Que tengas buen viaje. Llamame cuando vuelvas, ¿Dale?
El resultado de la resonancia fue normal. Por suerte, Patricia no tenía nada. Tampoco compañía. No es bueno que el hombre esté solo, dijo el Señor. Puede ser, opinó el médico, pero por las dudas, nunca dejemos sola a la ecografía.
Óleo de mujer con sombrero
(Silvio Rodríguez)

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndome al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Vacuna para HPV - Comunicado de Prensa de FAMFYG


Comunicado de prensa de la Federación Argentina de Medicina Familiar y General sobre la publicidad de la vacuna contra el HPV como prevención del Cancer de Cuello del Utero

Alerta a la población por una campaña publicitaria de la Vacuna contra el HPV

En las últimas semanas una campaña publicitaria de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) exhorta a las mujeres a vacunarse (única palabra destacada) para evitar el cáncer de cuello uterino y no menciona el test de Papanicolaou como recurso preventivo. De acuerdo a fuentes periodísticas , , no desmentidas, dicha campaña pareciera haber sido financiada por la empresa que produce la vacuna, cada una de cuyas tres dosis cuesta entre $400 y $926. Cabe destacar que la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV) no integra el calendario oficial de vacunación.

Ante estos hechos la Federación Argentina de Medicina Familiar y General desea alertar a la población, y manifestar que de acuerdo a las evidencias científicas y los principios de la ética profesional:
1. La realización del test de Papanicolaou anualmente es la única medida que hasta el momento ha demostrado disminuir entre un 20 y un 60% la mortalidad por cáncer de cuello uterino.
2. La vacuna contra el HPV ha demostrado ser efectiva para evitar lesiones relacionadas con el virus y solo en mujeres que no hayan iniciado relaciones sexuales, pero se desconoce su efecto en la aparición y mortalidad por cáncer de cuello uterino, ni su protección y seguridad a mediano y largo plazo.
3. La vacuna sólo cubriría un 65% de los Virus del Papiloma Humano (HPV) relacionados con de las neoplasias de cuello uterino en Latinoamérica y el Caribe.
4. La vacunación ha sido financiada por el Estado Nacional en 15 países desarrollados, al menos parcialmente, pero podría ser impagable y fuera de las prioridades sanitarias en países en vías de desarrollo como la Argentina .
5. Deberían realizarse en Argentina estudios de costo-efectividad y de impacto presupuestario antes de implementar estrategias preventivas masivas. En el caso del cáncer del cuello de útero cualquier medida debería integrarse claramente con programas de detección temprana, siendo el Papanicolaou la prueba de elección.
6. Es objetable desde la ética institucional ofrecer intervenciones preventivas de acceso inequitativo, con información distorsionada y a través de publicidades encubiertas.
7. Es objetable desde la ética profesional las manifestaciones periodísticas de médicos expertos que no declaran conflictos de intereses por recibir financiamiento directo o indirecto de los fabricantes de la vacuna.
Por último deseamos recomendar que aquellas mujeres que decidieran recibir la vacuna deberán continuar realizándose periódicamente un test de Papanicolaou, dado que la vacuna, por lo que conocido hasta la fecha, no le garantiza una protección total contra el cáncer del cuello uterino

Comisión Directiva
Federación Argentina de Medicina Familiar y General.
famfyg@gmail.com

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio


Por Mario Martínez

En cuestiones de género, la Comisión del Club del barrio puede considerarse pionera. Con mucho tacto y paciencia fueron pulsando entre los habituales concurrentes la posibilidad de inaugurar una tarde femenina, de manera que la otra mitad del barrio también ocupara sus salones.
Por medio de “Mi jermu cree” o “Mi vieja me dijo” fueron reuniendo verdadera información estratégica. Así, si bien en un principio parecía que se imponía el martes de té-canasta, terminó triunfando el jueves de mate y chin-chon.
El concesionario de la confitería del Club intentó quejarse aduciendo que en la misma no se servía mate. Las aspirantes a parroquianas negociaron que si él permitía que ellas llevaran su propio equipo de mate, estas aseguraban el consumo de productos comestibles.
Así fue como el primer jueves de septiembre las mesas del Club se poblaron de mujeres que mate y naipes en mano venían a dar un testimonio de verdadera amistad.
El objeto de la reunión era la disputa de la primera ronda, animosamente acompañada por el mate y las facturas que el concesionario hacía prontamente marchar.
Pero como el trámite dedicado al azar ocupó menos tiempo que el previsto, y el resultado no había desencadenado ningún enojo, estiraron la tarde meta charla.
Así, comenzando casi tímidamente con comentarios personales, las lenguas fueron entrando en calor, y usando la dentadura como una piedra, se fueron afilando para abordar temas más espinosos pero divertidos.
-¡Qué cantidad de tarea le da los chicos la maestra nueva!
-El mío se acostó como a las 12 y se levantó a las 5 para poder terminar.
-Le dije a mi marido, o me compras una plancha nueva, o las camisas te las mando a la tintorería.
-¿La vieron últimamente a la chica de Pérez?
-¿Vos decís la que hace yoga y todas esas cosas raras?
-La misma. Yo la vi más gordita. ¿Ustedes no?
-No se, hace rato que no la veo.
-Ahora que decís, me llamó la atención el otro día, andaba de pollera, ella que siempre usa pantalones.
-La semana pasada fui a que me tomen la presión en la Sociedad de Fomento, y la enfermera me contó que la madre la había llevado a la doctora. Parece que tiene un atraso.
-El atraso lo tiene la madre, la chica es bien rapidita.
-¿Por qué lo decís, vos la conoces?
-Ni falta que me hace nena, o te crees que el atraso lo va a tener por obra y gracia del espíritu santo. Seguro que fue un compañerito de esas cosas que hace.
-Ella le dijo a la madre que novio no tiene.
-Y bueno, habrá sido un mal viento entonces…


La embarazada del viento
(Constantino Ramones)

Mamá, me perdonará
lo que le voy a decir,
que yo me acosté a dormir
y desperté embarazada.
Yo no sé de quién será,
hombres yo no he conocido;
esto a mí me ha sucedido
sin tener ningún intento,
creo que será un mal viento
que al despertar he tenido.

Hija, tú no me haces creer
ni por tu ciencia, Marina,
esto sólo a la gallina
el viento la hace poner.
No ha nacido la mujer
que para de un huracán;
sea de Pedro, sea de Juan,
yo lo saco por la cara
y es de más que me negaras,
yo sé los que a casa van.

Por fin se llegó ese día
de la hija dar a luz.
Se parecía a Jesús
en las narices, la cría,
y en el pescuezo a Isaías
y en la boca a Crispiniano,
y en los ojos a Luciano,
en los cachetes a Juancho,
y en las orejas a Pancho
y en el pelo a don Asiano.

Empezó este niño a andar,
cambió de otro parecer;
se parece a Daniel
y en lo alto a Yazar,
en la rodilla a Pilar,
en lo faldo a Simeón.
Por tanta comparación
vino su madre a creer
que su hija era la mujer
que paría de un ventarrón.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio

Por Mario Martínez

Estaba sentado al borde de su cama, en ropa interior, frente a la ventana abierta, bebiendo una medida de whisky.
Toda esta ceremonia se había convertido en una costumbre desde que descubrió que lo ayudaba a dormía mejor. Pero por las dudas, no la había compartido con nadie.
Y era ese el momento en que aprovechaba para repasar el día. Con los años había aprendido que los balances a largo plazo ya no tenían tanto sentido. Evaluaba jornada por jornada, y si algo no lo convencía por su resultado, intentaba mejorarlo al día siguiente.
Esa noche había ido a bailar, como cada jueves, desde hacía seis meses. El lugar se lo había recomendado un compañero del Centro de Jubilados. Al comienzo no lo convenció mucho que el ritmo predominante fuera la salsa. Pero luego de algunas clases se tranquilizó y animó mucho más.
Lo del baile tampoco lo compartía con mucha gente. Una vez se lo comentó a su hijo y le pareció que este le respondía con cierto desden. Por ello dejó de hacerlo.
También había vuelto a fumar. Solo tres cigarrillos por día. Menos los jueves, que tal vez fumaba alguno más.
No recordaba muy bien en qué había ocupado la mañana. Seguramente nada importante. En cambio por la tarde había ido de compras. Necesitaba una camisa nueva para lucirla en el baile.
Que la vendedora lo tratara de abuelo, cuando tendría como mucho diez años menos que él, no le gustó nada. Pero era algo a lo que se había acostumbrado con el tiempo.
En ocasiones luego del baile iban a cenar. No era lo que más lo entusiasmaba, ya que, entre las recomendaciones del médico y los malestares que ciertas comidas le producían, terminaba comiendo siempre las mismas tres o cuatro cosas.
Además, aunque no se lo confesaba a nadie, el baile lo agotaba. Terminaba cabeceando en la mesa, incluso antes que sirvieran el café.
Sin embargo, cuando regresaba a su departamento se reponía totalmente. Parecía que el hecho de tener que encarar la larga noche, tratando de conciliar el sueño, lo angustiaba de tal manera que, lejos de permitirle dormir, lo mantenía despierto todo el tiempo. Por eso había comenzado con lo del whisky.
Antes de darle el último sorbo al vaso, revisó en su mesa de luz el dinero que le quedaba, y si había alguna cuenta pendiente antes de fin de mes.
Había días en que se acordaba de Marta. Tres años habían pasado ya desde su muerte. Las imágenes de sus últimos y penosos meses se imponían a las de los días felices que compartieron y no hacían sino recordarle que a él mucho tiempo no le quedaba.
Al estirarse en la cama comprobó que las piernas le dolían. -Se nota que la máquina te funciona muy bien, le había comentado su compañera de baile.
Él, en cambio, creía que la estaba forzando. Como debe ser.


Se fuerza la maquina
Autor: Gato Pérez
Intérprete: Silvina Garré

Este género divino, esta música excelente
Que es la música del pueblo con la que baila la gente
Tiene un gran problema, amigos
Tiene un serio inconveniente
Exige tantas energías que la salud se nos resiente.

Es la rumba y es el tango, son el jazz y el rock & roll
Un volcán de sentimientos por donde habla el corazón.
Así se gasta adrenalina y se bebe mucho alcohol
Para afinar las emociones y acordarse del dolor.

Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida
Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida.

Si el cantante va cargado casi expresa lo que siente
Si va fresco canta triste y no conecta con la gente
Melodías eternas encadenan la armonía
Cuando un músico es sincero toca trozos de su vida.

Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida
Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida.

Cuando el público se acerca y se prende a las canciones
Una magia misteriosa se apodera del ambiente
Música, música, música, música y palabras
Que se combinan en un dialogo inédito y profundo.

Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida
Se fuerza la maquina de noche y de día
Y el cantante con los músicos se juegan la vida.