domingo, 1 de febrero de 2009

Sala de espera: Lo que no llega al consultorio


Por Mario Martínez

Omar se encontraba en la sala de médicos repasando por enésima vez la lista de elementos que llevaría al viaje.
Consiguió que lo aceptaran en el grupo a pesar de no ser pescador, por haber demostrado intachables antecedentes en la confección de asados y otros tipos de alimentos apetecibles.
Es que los del servicio de cirugía eran muy exigentes al respecto, y él era apenas un residente de primer año.
El caso del doctor Iparraguirre, del servicio de clínica médica, era absolutamente inverso. Él no había pedido participar del viaje, lo habían invitado. No se le conocía ningún antecedente respecto a la pesca. Y su propia esposa, la jefa de recursos humanos del hospital, decía que no servía para otra cosa que no fuera la medicina. Pero eso sí: era el único poseedor de una poderosa camioneta 4 x 4, que aseguraba a los pescadores poder arribar con éxito a los lugares más recónditos.
El grupo se completaba con dos pescadores de pura cepa: el doctor Chávez, jefe de cirugía, y el doctor Armendia, el anestesista más antiguo del servicio.
Justamente este último fue el encargado de convencer a Iparraguirre de sumarse con la camioneta.
Omar estaba sumamente intrigado acerca del mecanismo que había usado Armendia para convencer a Iparraguirre. Cuando en ese preciso momento, el primero ingresaba a la sala de médicos.
-Buenos días doctor.
-¿Qué hacés flaquito? ¿Qué son esos papeles?
-Estoy revisando la lista de las cosas que no me tengo que olvidar de llevar.
-Fijate bien, eh. Mirá que el único que tiene que pensar en la comida sos vos. Yo voy exclusivamente a pescar.
-Tranquilo doctor, le aseguro que hambre no van a pasar. Doctor: ¿Le puedo hacer una pregunta?
-Claro pibe.
-¿Cómo hizo para que Iparraguirre aflojara con la camioneta?
-Ah, eso. Mirá, empleo un sistema que bauticé “anestesia general inversa”
-¿Y eso?
-Fácil. Mirá: a mi me enseñaron que para controlar a un tipo y entregárselo mansito al cirujano, tenía primero que ponerlo a dormir, luego quitarle el dolor, y por último relajarlo. Bueno: cuando tengo que convencer a alguien, por más vasco que sea, procedo exactamente al revés: primero lo relajo, para que me tenga confianza; luego le saco el dolor, para así poder pedirle cualquier cosa; y por último, si bien no lo pongo a dormir, al menos le provoco amnesia, para que después no pueda reclamarme nada.
Omar quedó mirándolo, sin saber si debía creer lo que había escuchado.
De todas maneras, al otro día bien temprano se puso en marcha la caravana.
Caravana


(Tizol-Ellington) (Versión Horacio Malvicino Jazz Quinteto [Malvicino-Borraro-Giacobbe-Fernández-Picardi] Radio Municipal de Buenos Aires, abril de 1964, grabación realizada por Julio Álvarez Vieyra).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esteban de Parque Chacabuco: Él viaja en bicicleta al trabajo porque es más saludable, es más barato y es mejor para el tránsito.

Juan Carlos de Palermo: A él siempre le gustó el mar, sin embargo por problemas respiratorios, de chico tenía la obligación de ir a Córdoba, a la montaña.

Graciela de Flores: A ella la estresa mucho programar un viaje, pero durante el paseo logra recuperar la energía que se pierde durante el año, y lo distruta muchísimo.

Alejandra de San Cristobal: Le gusta mucho acampar, no solo en camping sino también en la chata (la camioneta). Ella recomienda a los IM-PACIENTES que conozcan el camping La Aurora del Palmar, Entre Ríos. Dice que es muy bonito y muy tranquilo.

Anónimo dijo...

Ana de Sarandí: En su barrio hay una plaza en la Av. Belgrano entre Lavarello y Supiciche que hace casi 20 años era muy linda, pero actualmente está destruida, sucia, las veredas están rotas, hay caños rotos por los cuales sale agua constantemente. Pide que la Municipalidad de Avellaneda se haga cargo de arreglarla.

Victorio de Ciudadela: Él escucha mucho la radio y cree que IM-PACIENTES es un espacio verde. Después de muchos programas tan agitados, éste le resulta muy claro y agradable. Nos felicita.

Celia de San Cristobal: Recién se entera del proyecto de las Torres de Parque Warnes y considera que hay que comentarlo más, hacer más publicidad para frenar a estos empresarios.

Anónimo dijo...

Delia de Berazategui: No cree en supersticiones. Es proteccionista, tiene 46 animales y tiene gatos negros, y no cree que un animalito pueda llevar la mala suerte. Además opina que "tirar el cuerito" es perjudicial para la salud.

Haydee de Villa Lugano: Su superstición es que no apoya la cartera en el piso.

Esteban de Parque Chacabuco: Para los doctores: ¿Cómo se cura el mal de ojo?

Graciela de Flores: Ella nació el día 13 y dice que no es supersticiosa, pero tiene costumbres raras, como por ejemplo pisar el peine cuando cae el piso, para evitar peleas. Agradece por el saludo de cumpleaños.

Anónimo dijo...

Carlos Saludes: Se debe concientizar a la gente en tres puntos fundamentales: conciencia ecológica, equidad y respeto. Se debe evocar una nueva educación obligatoria que incluya todo esto. Cree que debe haber una ley de reciclado que enseñe a sacar la basura discrimidada. También debería haber un organismo de inspección para las estructuras sanitarias públicas.

Jorge Lombardi: El agua dulce es una cosa y otra muy distinta es el agua potable. El agua dulce subterránea puede ser no potable. Se podría aprovechar mucho mejor el agua, por ejemplo, el uso del agua no potable para el riego y la potable para el consumo.

Milka de Quilmes: Ella ahora lo más posible el agua. Por ejemplo cuando lava las verduras, lo hce en una cacerola y después tira esa agua a la huerta para regarla. Tampoco fumiga la huerta y usa abono natural.

Anónimo dijo...

Carlos Saludes de Berazategui: Él aprendió a vivir dentro de la crisi. Considera que este conflicto va a terminar si o si. Este es un tiempo de inevitable individuación, es decir, que cada persona debe reordenarse para luego salir adelante.

Nora de Quilmes: La incertidumbre de la crisis le afecta mucho. Ella está por cumplir 60 años, pero cuando tenía 17 tuvo una alteración del estado de conciencia. La crisis le recuerda la sensación de ese momento y se aisla, cambia de hábitos, etcétera.